El documento de la posesión del terreno que ocupa actualmente la Casa de los Mascarones data del año de 1562, manteniéndose como huerta hasta el año de 1766, cuando D. José Vivero Hurtado de Mendoza, comenzó a construir la fachada actual y una parte de las paredes interiores, gastando en la obra cien mil pesos sin lograr terminarla debido a su fallecimiento en el año de 1771. Junto se construyó un edificio de los jesuitas. Con el paso del tiempo estos dos recintos fueron desde escuelas hasta cuarteles; los rescató la Universidad Nacional Autónoma de México y la Secretaría de Educación Pública. La Casa de los Mascarones quedó en poder de la UNAM y la de los jesuitas siguió siendo escuela, hasta que en 1927 pasó definitivamente a ser sede de la Escuela Secundaria No. 4. En 1921 nació el departamento de bibliotecas dependiente de la Secretaría de educación Pública y entre 1922 y 1924 se crearon diversas bibliotecas bautizadas con los nombres de famosos poetas y escritores; una de ellas fue la Sor Juana Inés de la Cruz, que a pesar de encontrarse dentro del recinto de la Escuela Secundaria núm. 4, se convirtió en una de las bibliotecas que han perdurado de todas las que se fundaron en esa época. En 1954 el C. José Ángel Cisneros, Secretario de Educación Pública, mandó a reparar el edificio, el mobiliario y a reorganizar el acervo para ser reinaugurada; continúa operando hasta la actualidad. Ha pertenecido a diferentes Subdirecciones de la Secretaría de Educación Pública y actualmente es coordinada por la Subdirección de Bibliotecas de la Dirección General de Operación de Servicios Educativos en el Distrito Federal (DGOSE).

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